AMARAL...FOTO!

Por fin estábamos todos. Cuanto hacía que no salíamos todos juntos! Ya era hora de juntarnos los de siempre, los del principio, con los que más horas he pasado. Era hora de darlo todo y así fue.
Quedamos todos a las 8.30 para prepararlo todo. Joan, Cristian, Fer, Javier, Chiara, Davide, Cosano, Antonio, Ale, Sara, Antoñito y yo. Unos haciendo las camisetas, otros inflando globos, otros comprando la cena (kebabs por supuesto)… Y al final nos pilló el toro, preparando la coreografia de las camisetas…” tú payi, tú girate y corre pallá, tú aprétate coño!” De repente, sonó el timbre, “CORRER!! Todos al cuarto de Antoñito!!!”.
Entró Anna y nos pusimos a cenar…por segunda vez…disimulando como podíamos, para no meter la pata…
Anna: “ Dónde dejo mi chaqueta?
Antoñito: “En mi cuar…COMEDOR!!”
E intentando llevarla para el comedor lo antes posible, ya que el resto estaban “hasta las pelotas” de estar encerrados en el cuarto; entre charlas y risas, comentando la genial noche en chalet del día anterior, comenzó el show. Y como una imagen vale más que mil palabras…

Con esto comenzaron las primera lágrimas de nuestra Anita…objetivo cumplido!

A partir de aquí, comenzó una de las fiestas más descantilladas que recuerdo en Via Lungo Dora… pero es que, esta vez, aparte de tener la típica excusa de ser viernes... era el último Lapsus de nuestra Hanna Montana!
Imposible describir momentos como el juego del fotógrafo… donde salieron a relucir las mentes más perversas de los allí presentes. (Davide y Chiara pensaran que lo del fotógrafo es una tradición ancestral en España…)

Cosano y su teléfono, cual Aramis descifrando el futuro!
El gran descubrimiento de Ale en capítulos como “En Venezuela toooodo es una ladilla” o “Tiran más dos tetas que dos carretas”.

El cabreo monumental del conductor del "pullman" número 68, simplemente por armar la mayor juerga que he visto dentro de un autobús… ( ¿o será por lo que dice Antonio…que se cabreó por ser el único que no tenía camiseta firmada?) Vamos, que el “camarero, camarero” se lo llevó bien aprendidito a su casa.

O de cómo somos capaces ( “jartaos” hasta las cejas) de entre una jorobada y un mecánico recién estrenado, hacer el puente a un 600 para irnos al Lapsus!

En definitiva… esa noche será para muchos una noche INOLVIDABLE, no porque fuera viernes, ni porqué fuéramos como cubas al Lapsus, sino porque estábamos todos, y juntos nos lo pasamos de puta madre!
Así que, Anna, sólo espero que en el primer hueco de tu agenda, utilices nuestro vale y nos vengas a ver, porque te estaremos esperando para seguir viviendo noches como esta!
Et trobarem a faltar!

Emilio